
El hígado graso, o enfermedad hepática metabólica, está en aumento entre los jóvenes, según un estudio del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, que relaciona factores sociales como la educación baja, la renta baja, el desempleo y la vida en áreas rurales con una mayor prevalencia de esta patología. La investigación, presentada en el 50 Congreso Nacional de la Sociedad Española para el Estudio del Hígado, analizó más de 30,000 pacientes de 40 a 70 años y encontró que estos factores también aumentan el riesgo de fibrosis avanzada.
El estudio resalta que los pacientes con hígado graso presentan una calidad de vida inferior, lo que subraya la importancia de abordar los aspectos socioeconómicos en su prevención y manejo. Además, un estudio del SeLiver Group del Instituto de Biomedicina de Sevilla indica que el Índice de Circunferencia Periférica (ICP) es más efectivo que el Índice de Masa Corporal (IMC) para predecir la existencia y gravedad del hígado graso, debido a su correlación más estrecha con trastornos metabólicos.
Por otro lado, una investigación del Hospital Clínic de Barcelona revela que el hígado graso asociado al consumo de alcohol se diagnostica en etapas más avanzadas, mostrando diferencias significativas en la fibrosis entre este grupo y aquellos con hígado graso por disfunción metabólica. También se observó que las mujeres tienen un mejor soporte social y responden mejor a tratamientos como corticoides.
Finalmente, un estudio del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona sugiere que la intervención de un equipo multidisciplinario puede reducir el consumo de alcohol en más del 50% en seis meses. El estudio, que incluyó 116 pacientes, comparó un grupo que recibió atención médica y psicológica con un grupo de control, encontrando resultados significativos en la reducción del consumo de alcohol.